El Gobierno argentino anunció oficialmente el fin del cepo cambiario, en el marco de la Fase 3 del plan de estabilización fiscal y monetaria impulsado por el presidente Javier Milei. El anuncio, realizado el 11 de abril de 2025 en cadena nacional, marca el comienzo de una nueva etapa para las operaciones de comercio exterior en el país.
La medida implica una serie de cambios profundos en el régimen de acceso al
Mercado Libre de Cambios (MLC), afectando tanto a personas humanas como a empresas importadoras. Además de
flexibilizar los plazos para el pago de importaciones, se eliminan restricciones y se introduce un esquema de
flotación cambiaria administrada, con nuevas condiciones que todo operador debe conocer.
A partir del 14 de abril de 2025, el Banco Central (BCRA) implementará un sistema de bandas cambiarias móviles que permite al dólar fluctuar libremente entre $1.000 y $1.400. Ambos extremos de la banda se ajustarán mensualmente en un 1%, brindando un marco previsible de evolución del tipo de cambio.
Cuando el dólar se acerque al piso de la banda, el BCRA comprará divisas, acumulando reservas. En caso de tocar el techo, venderá dólares para absorber liquidez. Dentro de esos límites, el tipo de cambio flotará sin intervención, salvo para suavizar movimientos bruscos. Este esquema evita la emisión de pesos para financiar desequilibrios y permite una mayor estabilidad monetaria.
Uno de los cambios más significativos es la eliminación total de las restricciones para la compra de divisas por parte de personas humanas. A partir de ahora, los argentinos podrán comprar y vender dólares sin límites, directamente desde homebanking, sin condicionamientos por subsidios recibidos, empleo público ni asistencias sociales anteriores.
Además, se elimina la percepción impositiva sobre la compra de divisas a través del MLC, manteniéndose únicamente en operaciones de turismo o pagos con tarjeta en el exterior.
Para las personas jurídicas, las novedades son aún más relevantes. Las modificaciones establecidas por la Comunicación “A” 8226 del BCRA representan un antes y un después para las operaciones de comercio exterior:
Antes, las empresas debían esperar 30 días desde el registro de ingreso aduanero para poder acceder al MLC y pagar sus importaciones. Con el nuevo régimen, esto cambia:
Otra novedad clave: los pagos por servicios podrán realizarse en el momento de la prestación, sin necesidad de esperar 30 días. Esto aplica, por ejemplo, a servicios profesionales, software, licencias, transporte, logística, consultoría, etc.
Se habilita un esquema más flexible para la adquisición de bienes de capital:
Este esquema representa una mejora sustancial frente al anterior, que solo permitía un 20% de anticipo y únicamente para MiPyMEs.
Se reducen también los plazos para pagos entre empresas del mismo grupo. Ahora se podrán abonar a los
90 días de la prestación del servicio, en lugar de los 180 días que regían anteriormente.
Para aquellas empresas que aún arrastran deudas comerciales o dividendos impagos anteriores a diciembre de 2023, el BCRA está diseñando una nueva serie de Bonos BOPREAL. Estos podrán ser adquiridos en pesos y utilizados para saldar:
Esto permitirá
normalizar balances y acceder nuevamente al MLC de forma eficiente, sin estar condicionados por las restricciones de los últimos años.
A la par de la flexibilización del cepo, se anunciaron otras medidas complementarias que también benefician al comercio exterior:
El nuevo régimen representa una oportunidad histórica para quienes necesitan importar con mayor previsibilidad, menores restricciones y mejores condiciones financieras.
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