Las reformas más destacadas incluyen la eliminación de procesos complejos que dificultaban la entrada y salida de mercancías:
Este sello obligatorio, anteriormente requerido para mercancías importadas, ha sido suprimido, lo que agiliza significativamente el proceso de nacionalización de bienes.
Estas medidas reducen los tiempos de espera en Aduana, simplificando la valoración de productos y evitando conflictos por discrepancias en precios.
Los controles innecesarios que ralentizaban el comercio internacional han sido eliminados, favoreciendo la fluidez operativa.
Entre ellas, destacan la eliminación de la
Declaración Jurada de Composición de Producto para textiles y del control de etiquetado en Aduana, simplificando los requisitos de importación.
Para fomentar el comercio exterior, se han implementado medidas de desgravación fiscal:
Una disminución en esta carga impositiva hace más competitivas las importaciones, reduciendo costos para empresas y consumidores finales.
En sectores clave como electrodomésticos, neumáticos e insumos industriales, los aranceles han sido reducidos, facilitando el acceso a productos esenciales para la producción y el consumo interno.
Las empresas enfrentaban complicaciones significativas en la liquidación de pagos al exterior, pero las nuevas medidas buscan resolver estas dificultades:
Ahora es posible concretar transacciones internacionales en menor tiempo, favoreciendo la previsibilidad y la confianza entre compradores y vendedores.
En exportaciones, se han reducido los tiempos para el pago de fletes internacionales, mejorando la competitividad del sector exportador
.
Este nuevo sistema permite resolver rápidamente problemas relacionados con deficiencias en los bienes importados.
Las empresas exportadoras también se ven beneficiadas por programas diseñados para fortalecer su posición en el mercado internacional:
Permite a pequeñas y medianas empresas exportar sin necesidad de trámites complejos, eliminando barreras de entrada para nuevos actores.
Favorece la recuperación de derechos aduaneros por insumos importados que luego son utilizados en productos exportados.
El conjunto de medidas tiene un impacto directo en el comercio exterior argentino, promoviendo la competitividad y el desarrollo económico. Una de las principales consecuencias es la desaceleración inflacionaria, lograda gracias a una mayor oferta de bienes importados que contribuyen a estabilizar los precios internos, beneficiando tanto a consumidores como a empresas.
Además, estas reformas han permitido la reactivación de sectores clave, especialmente aquellos que dependen de insumos extranjeros. Las industrias ahora tienen un acceso más ágil y económico a materias primas esenciales, lo que potencia su capacidad productiva y competitiva en el mercado local e internacional.
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, destacó que estas políticas favorecen la rentabilidad empresarial y promueven la transparencia en las operaciones aduaneras. Según el funcionario, estas acciones eliminan vestigios de corrupción y consolidan un comercio exterior más dinámico y eficiente.
Las modificaciones en las reglas para exportar o importar desde Argentina en noviembre de 2024 representan una oportunidad única para las empresas que buscan expandirse en el comercio internacional.
La reducción de trámites, impuestos y barreras arancelarias coloca al país en un camino hacia una mayor integración global.
Las compañías interesadas deben mantenerse informadas sobre estos cambios y buscar
asesoramiento especializado para aprovechar al máximo las ventajas disponibles.
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